33 semanas

30 Jun

Bien instalada en el último trimestre, se empiezan a hacer realidad las predicciones en cuanto a que los achaques se acentuarían.
Hoy mismo, he decretado que solo trabajaré 2 semanas más. Anteriormente me sentía con ganas e impulso de trabajar hasta el día previo al nacimiento. Ahora me doy cuenta que físicamente no es tan sencillo.
Casi estoy como al principio, con mucho sueño y volvieron esas inmensas ganas de comer fruta con chile piquín. La moderación es la palabra clave. Aunque quisiera dormirme en el día es imposible tomar siestas durante el trabajo, y en caso cuando llego a hacerlo es resignarme a una noche larga como pago a la siesta.
Tampoco me quejo, nada de lo que vivo me había sucedido antes, y me esforcé lo suficiente. Mi hija está por llegar y en palabras de su padre, fui la que más insistió para que así ocurriera. Nunca supe si lo lograríamos, incluso ahora mismo no se puede cantar victoria, el miedo persiste quedito, guardado, aún falta un trecho por recorrer y solo resta hacer lo que está en manos de uno, mantener la esperanza.

Así disfruto este nuevo cuerpo, que a ratos me parece inmenso. Nuevamente veo que hay ropa de maternidad que ha dejado de ser útil. Me acomodo de formas raras para dormir, casi como abrazada de grandes almohadas, dejando un espacio para mi pequeño gran bulto.

33 semanas de gestación

Los soliloquios son más frecuentes, aunque la imaginación ayuda a pensar que mi pequeña acompañante recibe mis mensajes, en forma de vibraciones sonoras, y que aunque no capte el significado de las palabras le sirvan para sentirse más cercana emocionalmente a este ente que a mis tripas.

En cuestiones de espacio, alguien tiene que ceder, y son mis costillas las que han empezado a quejarse, pero no tendrán más remedio que aguantar. Por ratos me veo colocada tratando de estirar los costados a ver si así me hago de un espacio extra, o al menos para liberar por unos segundos esa opresión constante.
A ratos se me empieza a antojar un aparato de tortura de esos que ocupaban para estirar el esqueleto.

Podría pensar que todo lo anterior solo ocurre dentro de mi cabeza. Sin embargo, empiezo a ser como una especie de panza amenazante. Incluso para mis vecinos. En el fin de semana, me topé con un vecino en la esquina de la casa, justamente iba yo percatándome que he empezado a caminar haciendo hacia atrás la espalda, y a acortar los pasos. Cuando me sorprendió para saludarme y ofrecerme su ayuda a cualquier hora que requiramos, no importando el día y hora, están dispuestos a socorrernos. Agradecí el detalle, imagino que pensarán que en cualquier momento me da la chiripiorca y que suelen verme sola la mayor parte del tiempo. En el trabajo me preguntan a cada rato cuándo me iré a descansar, y el tiempo que falta. El futuro padre ahora sí empezó a hacer cambios y a acomodar cosas, porque parece que la cosa va en serio.

Sin duda la percepción del tiempo es muy relativa, estas 5 semanas que faltan, los días me transcurren lentamente.

Una respuesta to “33 semanas”

  1. Maye julio 9, 2010 a 12:57 am #

    Disfruta tu cuerpo,disfruta tambien tus achaques, tus antojos y todo lo que viene en el paquete del embarazo, despues de todo lo que pasaron para lograr que Rebeca llegara a sus vidas, es lo menos que debes hacer, de sobra esta decirte que tu mejor recompensa está a unos días de llegar a tus brazos y entonces nada de las «incomodidades» del embarazo te importarán, solo disfrutarás a la bb y todo lo demás lo verás como lejano.
    Animo, ya falta poco!!!

    =)
    Maye

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