Rebeca es la niña más feliz cuando descubre correspondencia en el buzón.
Que no sea ella la destinataria es un detalle sin importancia. Lo relevante es que cada que «descubre» que ha llegado un sobre o paquete, es suyo.
Es una romántica empedernida, «lee y relee» los mensajes y concluye que le han escrito que le quieren mucho y le mandan saludos.
a mi también me gustaba recibir correspondencia 🙂 eran cartas de una amiga que se había ido a vivir lejos y esa era nuestra forma de comunicarnos. También recibia (mos) postales y fotos de unos amigos del viejo continente. Es bonito.